EL VIAJE A ALGÚN LUGAR (PARTE II)

Si te perdiste la primera parte o simplemente quieres recordarla, puedes encontrarla aquí.
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      Aquella imagen estaba sentada sobre sus tres piernas, dispuestas a modo de sillín. Nada más ver las luces de los faros del coche se levantó y dejó advertir una figura alargada, o al menos un poco más alta de lo que viene siendo normal para una persona adulta. El coche, que se dirigía directamente hacia él, paró en seco en cuanto lo vieron alzarse, después de que Cebrikóm soltase por aquel megáfono-garganta un "¡Para!" hacia el auto.

- ¿Qué ocurre, Cebrikóm?

- Perdonad esta parada tan brusca, nos encontramos ante el padre de mi criatura.

Estupefactos, pues creían que tanto la figura de tres piernas parecida a un hombre, como el cebrikóm, eran machos y, lógicamente de especies distancias (si a eso se le podía denominar “especie” en aquel otro lado, como lo llamaban), permanecieron en silencio sin saber qué decir.

- Mmmm, chicos, me seguís mirando raro…

- Eeeh, hombre, yo es que hubiese dicho que eras un… macho.

- Y yo, ¿te lo puedes creer? Será que la voz es un tanto masculina o que tu tercera pierna parece otra cosa.

- ¡Tía, no seas grosera!

- ¡Joder, qué codazo me has dado!, ¿no me digáis que no parece que tiene dos patas y un pedazo de…

- Shhhhhhhh, ¡cállate ya!

- Perdona, Cebrikóm, nuestra amiga tiene mucha imaginación.

- ¿Por qué? No os preocupéis, yo diría más bien que utiliza su lógica.
 
(Miradas al vacío con cara de circunstancia)  

- Estoooo, ¿significa que no tienes tres patas?

- Sí y no. Digamos que es pata porque puedo andar con ella, pero también puedo hacer otras cosas.

- Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ¡lo sabía!

- Tía, controla. Madre de mi vida, no tienes remedio…

- ¿Entonces tú y ese algo sois… pareja?

- No, es padre de mi criatura.

- Aaaaaah, ¿una noche loca, no, Cebri?

- Tú te vayas a callar, ¿verdad, guapita?

- Llamadme Cebrikóm, por favor.

- Uy, sí, perdón, suelo coger confianza muy rápido.

- Bueno, déjemonos de tanta charla. Os debo explicar que Polastre no está bien de la cabeza. Llevaba un tiempo ingresado en un psiquiátrico y es bastante agresivo.

- ¡Ah! ¿También hay psiquiátricos por aquí?

- Sí y no. El caso es que él nos puede decir dónde está mi madre.
 
Cebrikóm y los cuatro amigos se aproximaron hacia el ser extraño con cuidado, manteniendo un margen de distancia, hasta que Polastre emitió un sonido ensordecedor advirtiendo que no se acercasen más. Así pues, la cebra de tres patas decidió levantarse del capó, avanzar, y entablar una pequeña conversación con el padre de su criatura…
 
-Continuará-

Camino en un bosque
Imagen by Pixabay

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