¡Muchachos! ¡Cultiven hongos gigantes en el sótano!



- Cynthia, ¿qué pensarías si…? – Sintió que se quedaba sin aliento y tuvo que hacer una pausa-. Bueno, si Roger hubiese tenido razón esta mañana. La señora Goodbody, quizá tenía razón también. Algo terrible está ocurriendo. Como, bueno –señaló con un movimiento de cabeza el cielo y el millón de estrellas- si unas cosas de otros mundos invadiesen la Tierra, quizá.


- Hugh…

- No, déjame imaginar.

- Es muy evidente que no nos están invadiendo, pues nos hubiéramos dado cuenta. Digamos que nos dimos cuenta a medias, y que algo nos intranquilizó. ¿Qué? ¿Cómo pudimos ser invadidos? ¿Con qué medios?

Cynthia miró al cielo y ya iba a decir algo cuando Fortnum la interrumpió.

- No, no meteoros o platos voladores, cosas que podemos ver. ¿Bacterias? Hay bacterias en el espacio exterior, ¿no es cierto?

- Lo leí una vez, sí.

- Esporas, semillas, polen, virus bombardean probablemente nuestra atmósfera, miles de millones en cada segundo, y así desde millones de años. En este mismo momento estamos cercados bajo una lluvia invisible. Cae sobre todo el país, las ciudades, los pueblos, y ahora mismo en nuestro jardín.

- ¿Nuestro jardín?

- Y el de la señora Goodbody. Pero la gente como ella se pasa la vida arrancando malezas, rociando veneno, aplastando hongos. Sería difícil para cualquier forma de vida extraña sobrevivir en las ciudades. El clima es un problema, también. Lo mejor debe ser el Sur: Alabama, Georgia, Louisiana. Allá en los bañados húmedos pueden crecer hasta alcanzar un buen tamaño.

Cynthia había empezado a reírse.

- Oh, realmente, ¿no creerás , no es así, que ese Gran Bañado o como se llame la Compañía Novedades de Invernadero que envió a Tom ese paquete tiene como gerentes y propietarios a unos hongos de dos metros de alto que vienen de otros planetas?

- Dicho de ese modo, suena divertido.

- ¡Divertido! ¡Es cómico!

Cynthia echó atrás la cabeza, deliciosamente. 

- ¡Dios santo! – Gritó Fortnum, de pronto irritado-. ¡Algo pasa! La señora Goodbody está arrancando de raíz y matando Marasmius oreades. ¿Qué son Marasmius oreades? Una cierta especie de hongo. Simultáneamente, y supongo que puedes llamarlo una coincidencia, ¿qué llega el mismo día por correo especial? ¡Hongos para Tom! ¿Qué otra cosa ocurre? ¡Roger tiene un fin próximo! En pocas horas, desaparece, nos telegrafía, ¿qué cosa nos aconseja no aceptar? ¡Los hongos enviados a Tom por correo expreso! ¿Recibió el hijo de Roger un paquete parecido los últimos días? ¡Sí, lo recibió! ¿De dónde vienen los paquetes? ¡Nueva Orleáns! ¿Y a dónde va Roger cuando desaparece? ¡Nueva Orleáns! ¿No ves, Cynthia, no ves? ¡No estaría preocupado si todas esas cosas no estuviesen relacionadas de algún modo! ¡Roger, Tom, Joe, los hongos, la señora Goodbody, los paquetes, las direcciones, todo es la misma figura!

Cynthia estaba mirándolo ahora, más tranquila, pero todavía divertida. 

-No te enojes.

-¡No estoy enojado! – Casi gritó Fortnum. 

De pronto no pudo continuar. Temía que si seguía hablando se encontraría en algún momento gritando de risa, y por alguna razón se negaba a eso. Miró las casas de alrededor, calle arriba y calle abajo, y pensó en los sótanos oscuros y los niños del vecindario que leían Mecánica Popular y enviaban el dinero en millones de pedidos para criar los hongos en sitios ocultos. Así como él cuando era niño había escrito pidiendo sustancias químicas, semillas, tortugas, innumerables emplastos y ungüentos. ¿En cuántos millones de hogares norteamericanos crecían esta noche millones de hongos al cuidado de los inocentes?

-Ray Bradbury-
Fragmento del cuento corto Boys! Raise Giant Mushrooms in Your Cellar (1962) incluido en la antología The Machineries of Joy (Las maquinarias de la alegría,1964). Este fragmento pertenece a la edición en castellano por Ediciones Minotauro (Barcelona, 1976).

Un grupo de setas brillan con colores luminosos en medio de la oscuridad
Imagen by steveaxford.smugmug.com

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