EL VIAJE A ALGÚN LUGAR (FINAL)


Si te perdiste la segunda parte, o simplemente quieres recordarla, puedes encontrarla aquí
-------------------------------------------
- Polastre, te estaba buscando.

- ¡Eres tú!, ¿qué quieres?

- Necesito que me digas dónde está mi madre.

- ¿Tu madre?, ¿y por qué iba a saber yo dónde está?

- Porque me dijeron que te escapaste del psiquiátrico volando.

- ¿Y qué?

- ¿Cómo que y qué?

- Te dije que tenía poderes y no me creíste. No me creyó nadie. Pues sí, tengo alas y puedo volar.

- Déjate de ridiculeces, no tienes poderes. Mi madre hizo que volaras.

- Ese ser rechoncho y feo no hizo nada. ¡Te digo que tengo poderes!

- Aquí nadie consigue hacer nada si no es con su consentimiento.

- ¡Apártate! Te digo que te apartes o te arrancaré la pata para que no vuelvas a concebir más criaturas.

- Salvaje…

(Polastre encoleriza y se aproxima al cebrikóm para agarrarle su tercera pata)

- ¡Perdona, lo siento! De acuerdo, te creo, te creo. Por favor, sólo necesito saber dónde está mi madre. Es muy importante.

- ¿Para qué la buscas?

-¡Ouh!… no puedo contártelo, pero te aseguro que es de vital importancia.

- ¿Y por qué iba a decírtelo?

- Porque si no me lo dices no podrás volar nunca más.

(Polastre se lo piensa y tras varios segundos, al fin, responde)

- Por el camino del fuego llegarás antes al arroyo. Estará allí.

El cebrikóm volvió al capó, y el coché arrancó disparado hacia el camino que le había indicado. No muy lejos, a unos cinco kilómetros (si pudiera medirse con las mismas reglas métricas que desde donde lo llamaban “el otro lado”), se apreciaba la figura rechoncha y bajita de un ser con despelucada y roja melena.

- Coj… nes, ¿pero qué es eso?

- Es como una muñequita pero fea. ¡Joder, qué pedazo de napia tiene!

- ¿Y el pelo, tía? ¡Que parece que se lo ha metido en una centrifugadora!

- Por favor, chicos. Ella es mi madre.

(Silencio)

- Mmmm, en verdad el pelo… le queda tela de bien… tiene un rojo ahí… como fuego, ¿no?

- A ver, necesito que me ayudéis y vengáis conmigo. Mi madre es la brujita más poderosa del bosque.

- Ja ja ja ja, ¡lo iba a decir! Tiene toda la cara de una bruja.

- Joder, tía cállate.

- ¿Qué quieres que hagamos, cebrikóm? No tiene pinta de ser muy amigable.

- Sólo necesito que la distraigáis mientras yo le quito a mi criatura; lo lleva en su espalda. Hay que tener mucho cuidado, porque si se da cuenta de que se lo arrebato, se puede enfadar muchísimo, tanto, que podría estallar todo lo creado en este mundo.

- ¿Por qué tiene ella tu criatura?

- Digamos que mi criatura es muy valiosa, sin ella, mi madre no tendría tanto poder. Toda brujita que se precie debe tener hijos para seguir recaudando dominio, pero sólo les interesamos cuando somos pequeños, una vez que alcanzamos cierta edad, no les servimos. Mi madre, por causas que desconozco, no puede tener más descendencia, por ello, me quitó a Polastrín, mi criatura. Cree que él le dará toda la fuerza para incrementar sus poderes.

- ¡Qué mal rollo tiene la brujita, con lo chica que es!

- ¡Te ayudamos!

- ¡Vamos!

Cebrikóm les explicó con más detalle de qué manera apoderarse del ser pequeño que tenía la brujita en su espalda, cuando de repente, ésta voló hacia el auto, y mientras se sostenía en el aire, dirigía palabras inentendibles que parecían estar llenas de odio y reproche.

- ¡Madre, por favor, no lo tomes con ellos!, ¡soy el culpable, déjales que se vayan!

(Los cuatro amigos sin entender)

- ¿Qué está pasando aquí? ¡No me entero de un carajo!

- ¡Esto tiene muy mala pinta, la enana con mala leche ya tiene roja hasta la cara!

-¡¿Qué roja?!, ¡si está morada!

- ¡Pues ahora le está saliendo humito verde por el cuello!

- ¡Joder, que va a estallaaaaaar!

- ¡Noooooooooooo!

Y estalló… Así fue como “ese lado” (porque no era el “otro lado”) desapareció y no se supo más de cebrikóm, Polastre, la brujita…

- ¿Qué tal?, ¿Os ha gustado? 

- ¿Ha quedado bien, verdad?

- El cuento es una paranoia tremenda.

- Pues a mí me parece graciosillo.

- ¿Graciosillo? Esto parece una fumada total.

- Menos mal que no fumamos, si no…

- A nosotros no nos hace falta ningún estímulo externo para divertirnos.

- Totalmente.

- Bueno, chicos, llegamos.

- A ver si quedamos con más asiduidad. Me lo he pasado genial.
-FIN-
Bruja
Imagen by Pixabay
 




Comentarios

Entradas populares