ABUELOS

Lo mejor no eran las monedas que me daban o los regalos que me hacían. Ni sus historias de vida convertidas en maravillosas aventuras para mí. Tampoco sus tiernos cuidados y atenciones. Lo mejor eran sus sonrisas cada vez que los visitábamos.

Un abuelo sonríe, lleno de felicidad, junto a su nieta.
Imagen by Maestroviejo

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