SONETO DE CETINA

CCXLVIII

Nacido soy de Amor, de Amor criado,

en mí tiene el Amor su propio asiento,

Amor fue mi principio y fundamento,

hechura soy de Amor y su dechado.

De amor me viene el bueno y malo estado,

Amor me tiene alegre y descontento,

Amor es quien me da merecimiento

si a dicha yo acertase a ser amado.

Amor es cuanto hago, pienso y digo

y en mí, ¿qué puede haber que amor no sea,

según me abrasa Amor por toda parte?

Mirad cuán cerca tengo mi enemigo

habiéndome tratado de tal arte

que el alma siempre más amor desea. 

-Gutierre de Cetina-

*Gutierre de Cetina (Sevilla, 1520-Puebla de Los Ángeles, 1557) fue uno de los nombres claves de nuestras letras durante el Renacimiento y el Siglo de Oro; creador de una exquisita producción lírica de corte petrarquista con reminiscencias de Ausiàs March y de Garcilaso de la Vega, de entre la que destaca Sonetos y madrigales, en las que el autor adopta el sobrenombre de Vandalio para desvelarnos, entre versos, sus lances amorosos, que, según se dice, no eran chanzas pues su muerte está relacionada con una reyerta por estos mismos motivos en México. 

Desde el siglo XIX fueron muchos los investigadores y estudiosos del tema que centraron sus esfuerzos en el autor, descubriendo que faltaban varios sonetos, perdidos en códices y bibliotecas pero cuyo registro constaba en algunos catálogos y obras manuscritas del propio Gutierre de Cetina. Si bien Begoña López Bueno dio un paso importante con su investigación y posterior publicación de la obra Sonetos y madrigales por la editorial Cátedra; no sería hasta la edición de Jesús Ponce Cárdenas, por la misma editorial, que se rescatarían y publicarían por primera vez los sonetos perdidos. 

El texto aquí presentado es una de las obras perdidas del genial autor, aparecida como Soneto de Cetina en un cartapacio datado a finales de la década de 1580, junto a nombres tan ilustres como los de Diego Hurtado de Mendoza y Hernando de Acuña. 

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