RETO LITERARIO (QUÉ HACER EN CUARENTENA)
Cuántas veces habremos dicho aquello de «necesito un descanso», pensando en pasar unos días de auténtica desconexión de la rutina y el estrés. Posiblemente, dedicando hora tras hora a devorar páginas y a sumergirnos en tinta.
Pues bien, ¡ahora es el momento! Lástima que sea por obligación y ello haga que nos sintamos desanimados y faltos de ganas de hacer todo eso que nos planteamos a diario.
Nos gustaría que jugaseis con nosotros. En esta ocasión, os pedimos que nos narréis, en forma de brevísimo relato, un día cualquiera en este encierro que estamos viviendo; o bien aquello que os gustaría estar haciendo, o lo que haréis al salir.
Ponedle un toque de humor, de drama o lo que sintáis. ¡Esperamos vuestras historias breves! Compartamos. 😎
Empezamos nosotros:
«Me levanté a una hora indecente; algunos días me resultaba imposible conciliar el sueño, ya fuese por preocupaciones varias, ya fuese por un enorme vacío. Me dirigí al cuarto de baño, mientras el gato se enredaba en mis pies. A continuación, fui a la cocina, con el gato enredado en mis pies. Más tarde, me percaté de algo extraño en el balcón: el gato había destendido algunos calcetines y, probablemente durante sus juegos, los había dejado caer a la calle. “Bueno, al menos alguien aquí ha podido salir...”. Sonreí tristemente, con el gato acostado en mis pies».
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Es el día menos pensado de la cuarentena, ese día que amanece como todos los anteriores, con el cansancio de estar encerrados pero con la plena conciencia de estar actuando en pro de un bien mayor. Es ese día en el que haciendo lo que todos los demás días, piensas en la última vez que fuiste "libre" y descubres que todo lo que antes tenía una importancia desmedida, en realidad, no era para tanto. El día en que te sorprendes saludando a ese vecino, en el balcón, con el que nunca cruzaste una palabra o aplaudiendo a ese colectivo anónimo que tanto están haciendo por nosotros. Es el día menos pensado y será el día más recordado, en el que no nos descubrimos a nosotros mismos, sino a todos los demás y descubres que, en realidad, siempre estuvimos juntos.
ResponderEliminarFundamental conocerse a uno mismo y dejar sitio para los demás. Muy positivo tu relato, gracias.
EliminarHoy es jueves. O viernes. No, espera, ayer fue viernes. Hoy es sábado. ¿Hoy toca cambiar las sábanas? ¡No me mires así, Firulais, yo también estoy agobiado con esta situación! Ah, que tú estás harto de calle. Pues te aguantas. Te toca sacarnos a todos a pasear. Jardín y vuelta a casa. Es por salud mental.
ResponderEliminarPobre Firulais, utilizado por sus privilegios perrunos. Simpático relato, gracias por participar.
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