SE BUSCA

Se preparó para la entrevista. Se maquilló, pero no en exceso, por aquella obligación tácita de no ir «con la cara lavada». Peinó de manera casual su pelo liso, estilo «lamido de vaca», y se miró al espejo. Suspiró contrariada. Hacía mucho que no hacía una entrevista y estaba nerviosa. No sabía qué esperar.

Al llegar a la oficina, aún en obras, saludó al dueño de la empresa. Era mucho más joven que ella, con pinta de haber nacido en una cuna forrada de billetes. No la miró a los ojos en ningún momento, no abrió su CV, no le hizo ninguna pregunta. Se le escapó levemente que había elegido a alguien por la mañana. Habló de manera aturullada y le dijo que la avisaría, y a ella le sonó a mentira evidente.

Le contó a la gente que no creía que la llamaran para el trabajo. De hecho, estaba segura de ello. 

Poco tardaron en encontrar el cuerpo del empresario. Salió en todos los telediarios. Decían que se habían ensañado con él, y que el motivo podría ser un intento de robo. O un ajuste de cuentas. Quién sabe. 

Hizo una mueca. Si había algo que le molestaba en esta vida era que le hicieran perder el tiempo.

Mujer, vestida con traje de chaqueta, permanece sentada dentro de un reloj de arena mientras ésta le cae encima. Ilustración.
Ilustración by JR Casas

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