PESADILLAS

Eres demasiado mayor
para tener pesadillas.
Los monstruos que
de pequeño te visitaban,
ya no habitan bajo tu cama.

Y, sin embargo,
las noches siguen siendo
dominio de la niebla y
la penumbra que nace
en el bosque de lo cotidiano.

Errores, faltas,
palabras de más y de menos.
Esa cara donde ya no te puedes mirar,
los ojos que no te volverán a observar,
el beso que ya solo el aire conocerá.

La lucha por mantenerte firme,
el golpe que no esperabas,
la soledad del incomprendido,
el polvo que cubre el camino,
el dolor de la frustración añadida.

La vida real ya es
un sueño demasiado pesado.
Pero aún soy joven
para rendirme ante
mis monstruos.

Por eso te pido que
seas el bonito sueño
de mis madrugadas
que me haga diferente
ante mis pesadillas.

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