DEJÓ DE SER

Se fue.
Sencillamente dejó de ser.

En su andar interminable, sin rumbo, un pensamiento cruzó raudo su cabeza. Fue solo un instante, una fracción de segundo con una solución salvadora.

Atrás quedaban los momentos en el tiempo que lo elevaron a las cimas más altas que la Vida podía ofrecer; todo lo bueno que él pudo sembrar en su caminar diario...

Eran cosas que parecían haberse perdido en lo más recóndito de su memoria al pasar aquella solución como una estrella fugaz.

Se adentró en la recta final de su camino.

Ya no era él, era un autómata con una sola idea en su cabeza. A veces resurgían, sin mucha fuerza, los ecos de aquel error que cometió y que ahora lo estaba consumiendo como se consume un cigarrillo. No había pasado mucho tiempo, desde luego, pero el peso de sus actos eran como si hubieran ocurrido hacía siglos. Y aunque no tenían fuerza, su idea, su objetivo marcado por las circunstancias y por sus pies, sí que la tenían y lo cercioraban de que la decisión tomada era firme: En un salto de proporciones infinitas, él desplegaría sus alas de Ángel, las misma con las que en otra vida había abrazado a todos los que le tendieron una mano amiga, sincera y cálida. 

Nadie se enteraría del error pero todo el mundo conocería la esencia del Ángel que habitaba en su pecho, que estuvo y estará siempre para los que le quisieron, los que no vieron el error sino lo humano de equivocarse. 

Se fue.
Sencillamente dejó de ser.

Un cielo luminoso, acariciado por nubes de terciopelo, espera
Imagen by verdejazmin.blogspot

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