La favorita (Oriental)
Entre rasos, terciopelos,
sedas, oro y otras galas,
descansa voluptuosa
la ardiente y linda sultana.
A sus pies están rendidas
deslumbradoras esclavas,
que cantan, y a la vez pulsan
las liras de oro y de nácar.
El harén, jardín parece
sembrado de filigranas,
diamantes, perlas, zafiros,
amatistas y esmeraldas.
Orientales pebeteros
llenan de aroma la estancia;
y todo allí es luz, colores,
y delicias que embriagan.
No obstante, la favorita,
la ardiente y linda sultana,
tiene sus hermosos ojos
empañados por las lágrimas.
Su amor está lejos, lejos
de aquella soberbia estancia;
si ella fuera libre, al punto
cerca de su amor volara.
Por eso sus ojos negros
tristes lágrimas empañan,
y por eso, como el pájaro,
odia la dorada jaula.
-Manuel Reina Montilla-
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