EL VALLE VACÍO

Se han abierto las puertas del Infierno. «Respeto» piden, sin haberlo otorgado Ellos jamás. «Respeto», repiten, con las bocas y las barrigas llenas a costa de otros a los que no conocieron ni les importan. Es imposible respetar a un ser que se encargó de acallar a tantos y de hacer limpieza, purga, por una España que ni existió, ni existe. Haciéndose rico a su costa, llenando los bolsillos de todos esos que piden respeto. Gentes, «españoles de bien», que no han dado un palo al agua en su vida. Ni lo darán.

Las puertas del Infierno se han abierto, dejando salir al mismísimo Diablo. Un demonio que nunca pagó en vida por robar las ajenas, y al que aún se venera. «Nostálgicos» de mano alzada, sin neuronas ni vergüenza… que ya los radicales, si eso, son otros. 

«Vergüenza» siento, no respeto. ¡Vergüenza! Una cuneta anónima debería ser el destino final de tamaña bestia, que, sabiéndose amo y señor, nunca reparó en el dolor que infligía. Panoli acomplejado, medio hombre, que llegó demasiado lejos; tanto, que aún está con nosotros. 

¿Respeto? ¡Nunca! 

En qué país tan ridículo vivimos que se hace un circo de este acto. No somos mejores ahora que el Valle está vacío —aunque aún quedan demonios dentro—, pero el respeto lo merecían desde hace tiempo las familias de las más de 100.000 personas aún desaparecidas. ¡Más de cien mil! Y piden respeto, ellos, Ellos.

Menos pan y circo, más cárcel y luz a tanta oscuridad.

Aún estamos vivos, no esperen a que faltemos.

El Valle de los Caídos. Blanco y negro.
Fotograma del Valle de los Caídos en el Programa La Noche del Cine Español de RTVE

Comentarios

Entradas populares