EL NIÑO QUE LLEVAMOS DENTRO

No hay paso más difícil que el que se da hacia delante… 


Primero una mancha clara, luego, una forma abstracta que progresivamente construye una imagen, la de un niño de cinco años, que no ha conocido más maldad que la propia de su traviesa edad. Sus ojos, dos hermosos planetas, negros y brillantes ansiando descubrir un mundo de aventuras, lleno de vida y color. 

Un hombre frente al cuadro no puede (ni quiere) impedir que esas lágrimas continúen brotando de sus ojos. Pensando en la vida que vivió ese crío. Pensando en las cosas que le gustaban a esa edad, los temores que lo acompañarían toda su vida, las causas a las que se entregó en la adolescencia, los labios que besó cuando alcanzó la edad de amar, la primera gran pérdida… 

El hombre se siente culpable y llora. No puede evitar preguntarse si el niño del cuadro, el que habita en su interior, el que una vez fue se siente decepcionado por ver en lo que se ha convertido. 

Y aunque la imagen le responde con ese inocente brillo en los ojos, en lo más profundo sabe que, si el niño pudiera hablar, haría temblar a los ángeles.

Un niño contempla un paisaje desolador de la tierra, bajo un cielo azul puro
Imagen by cronicadeunatraicion.com

Comentarios

Entradas populares