PEQUEÑA GRAN REVOLUCIÓN

Que tu ferocidad
me deje huella,
que ahuyente mi maldad,
que aleje bestias,
que ponga en su lugar.
Pura inocencia
la que hoy cubre tu cuerpo
sin darte cuenta.

Que hable sin pensar
las consecuencias,
que digas tu verdad
aunque lluevan piedras.

Que no pierdas esa fe
que hoy es eterna
y esa forma de no ser,
consciente de ella.

Que tu curiosidad
no desaparezca
y crezca como lo hacen
ahora tus piernas,
las que te llevarán
tan lejos como quieras,
comiéndote la vida
a manos llenas.

Bienvenida a casa,
Pequeña gran revolución,
que con tus pasos marcas
un nuevo rumbo en dirección
a nuevas montañas,
que parecen menos altas
con cada palabra
que nace en tu garganta.

Pequeña gran revolución,
que nadie ose jamás
fijar tus metas,
que sepas observar
y no ver a quien no debas.
Que aunque me encuentre lejos
me sientas cerca,
que la distancia que hay
entre nuestras puertas
ya era siempre tan ridícula,
tan pequeña.

Mientras los dos sigamos
las mismas estrellas
y aunque vueles lejos
tan alto que no puedas vernos,
te esperamos dentro.
Siempre habrá un techo.

Bienvenida a casa,
Pequeña gran revolución,
que con tus pasos marcas
un nuevo rumbo en dirección
a nuevas montañas,
que parecen menos altas
con cada palabra
que nace en tu garganta.

Pequeña gran revolución.

Izal

Letra de Mikel Izal Luzuriaga e interpretada por Izal, para el álbum Copacabana (2015).

Los cinco miembros de Izal posan en fila, en primer lugar Mikel Izal
Imagen by El País

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