CAJÓN "DESASTRE"

Vivimos en la era de los matches y los likes
donde vas deslizando perfiles a derecha e izquierda
como si de un escaparate se tratase.
“Éste está bueno, éste parece interesante, 
éste es demasiado feo para ser el amor de mi vida; 
si ésta es su mejor foto, ¿cómo será en persona?”

“Izquierda, izquierda, izquierda,
¿derecha? Ufff no lo veo claro,
¿¿¿arriba??? No, que va a pensar que me tiene fácil”. 
Y es así como nos deshacemos de candidatos
a un polvo de una noche 
o a ser el padre de nuestros hijos. 

En un mundo donde todo corre, 
todo son prisas, todo avanza… 
donde no hay tiempo para uno mismo,
buscamos un amor fácil e inmediato
sacado de un catálogo lleno de artículos de ocasión.
Un auténtico cajón desastre.

Pero también llega, alguna que otra vez, 
esa coincidencia, esa atracción, 
ese momento infinito en que te pierdes
entre sus pupilas y sus pestañas, 
y ya no quieres deslizarte a derecha o izquierda
si no es con él, y te sientes tan grande 
que vas hacia arriba, hasta el firmamento.
Y no tienes ni idea de cómo ni cuándo llegó, 
ni qué esperas o necesitas, 
pero de repente le quieres en el centro de todo.

Y te metes de lleno en tu propio cajón
y todo es maravillosamente desastroso.

Llave en la cerradura de un cajón. Madera clara.
Imagen en Cementerio de Palabras

Comentarios

Entradas populares