Pan con aceite
- ¿Tienes pegamento?
- Creo que no, ¿para qué?
- Para intentar pegar los trozos de esta relación que no va a ningún sitio.
Con esta frase que nunca habría imaginado, sentenció años de convivencia pacífica y amable.
Estábamos desayunando en ese momento y justo iba a decirle que el sabor del aceite que habíamos comprado cuando fuimos al último viaje, me había transportado a esa telera de pan con mucho migajón que mojaba hasta meter los dedos en el plato con aceite y azúcar de mi niñez.
Inconfundible.
Me levanté y empecé a rebuscar por los cajones del mueble donde todo lo guardamos a ver si lo había dejado allí.
Cuando por fin lo encontré, cerré mi mano con él dentro para que no se escurriera entre los dedos y lo puse encima de su mano abierta:
los trozos de mi corazón roto.
Quizás, si en algún momento encontraba el dichoso pegamento y quería entretenerse, podría intentar pegar las piezas del puzzle que acababa de dejar repartidas por toda la casa...
Comentarios
Publicar un comentario
¡Gracias por tus palabras!