OJOS

Aquellos ojos ya no disfrutaban de los buenos momentos, ya no miraban a su alrededor con ilusión, ni veían lo que la vida les regalaba.

Esos ojos cansados de lo que tenían, decidieron marcharse dejando atrás todo lo que alguna vez fue valioso, embarcándose en recorrer mundo, buscando quizá una vida mejor.

Llegaron a un lugar del sur y encontraron otros ojos, y al mirar a través de ellos sólo vieron pobreza, hambre y miseria. Entonces los ojos decidieron continuar su camino, llegaron a un lugar hermoso y encontraron otros ojos que tomaron prestados. Lo que esos ojos mostraban sólo era guerra y muerte. 

Los ojos prosiguieron su viaje buscando algo mejor, llegaron a otras ciudades y allí encontraron hermosos ojos, pero mostraban dolor, sufrimiento y desesperación. Los ojos seguían buscando sin descanso, pero no encontraban nada que les hicieran quedarse.

Un día, los ojos llegaron a un lugar hermoso y se detuvieron a mirar el paisaje. Estaban cansados y, al contemplar tanta belleza, recordaron lo que habían dejado al marcharse. Se dieron cuenta de lo felices y afortunados que eran en su vida anterior. Los ojos volvieron a su hogar, a su vida, amando todo lo que habían dejado, porque lo que creían que no les hacían felices era una vida preciosa y llena de felicidad que no habían sabido ver ni valorar.

Aquellos ojos decidieron no cerrarse cuando hubiese algún problema, sino abrirse de par en par para disfrutar de todo lo que la vida les había regalado y todo lo que les quedaba por disfrutar.

Aquellos ojos dejaron de llorar porque las lágrimas nos nublan la vista y la mente, y hay muchas cosas que merece la pena admirar... y las tenemos al lado. 

-Artillera-

(Colaboradora)

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