La ecuación

Me dices que hablas demasiado,
y quizá pudiera parecer un problema.
Pero planteo entonces
que yo, a su vez,
escucho demasiado.
Demasiado y demasiado,
se anulan entre sí.
Teniendo en cuenta
que el orden de los factores
no altera el producto,
porque hablar y escuchar aquí,
es una suerte que crece en dos direcciones,
nos queda,
sencilla
           y
            apasionadamente,

                                   este beso.



La ecuación del amor. Despejamos la incógnita y el resultado es: te amo
Imagen by la entropia del quintal (Carlos Quintero)

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