Tú, cuya mano

Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las
      [espaldas,
cuyos ojos en claros naufragios
      [hundieron
algunos principios elementales
      [de mi alma,
tú eres mi patria.

Tú que no tienes apellido,
que no sé si eres pájaro o si
      [alcándara,
pues de todos tus brazos las
      [letras de plomo
cayéndose han ido, como si
      [fueran nueces vanas,
tú eres mis padres
y mi patria.

Tú, que ni tú te acuerdas dónde
tendiste a orear las nubes blancas,
que de tantos amores que tienes
      [confundes
el nombre de todos los días de cada
      [semana,
tú eres mi Dios
y mis padres
y mi patria.

Tú, que tan dulcemente besas
que el cielo boca abajo se volcaba,
y que no se sabía de quién ya la
      [lengua,
de quién la saliva, de puro sabrosa
      [y templada,
tú eres mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.

Tú, que apacientas calaveras
por las praderas de la verde África
y a los rojos leones les echas de
      [pasto
las rosas de leche de aquella
      [luna de Sumatra,
tú eres mi ejército
y mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.

Eres mi ejército y mis leyes
y mi Dios y mis padres y mi patria,
y el ejército y Dios y las leyes y
       [todos
los padres y patrias se creen que tú
       [no eres nada:
que no eres nada.


                         Letra: Agustín García Calvo
                         Música: J.A. Sánchez Ferlosio
                         Canta y versiona: Amancio Prada, 2004





La poesía se engalana con música para engrandecer sentimientos
Imagen by Youtube




Comentarios

  1. ES magnífico. Que envidia escribir con esta soltura, con frescura y a la vez esa pasión. Precioso : D

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    Respuestas
    1. Sí, realmente es un poema precioso, musicado y cantado de forma perfecta para darle el realce que se merece.
      También nos da envidia sana esta habilidad de la que hablas.
      Gracias por pasarte, Margarita.

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