DESAMOR

Después de la alegría,
después de las mariposas,
después de las ilusiones,
después del deseo,
después del sacrificio...
                         viene la soledad.

Y con ella los despropósitos,
la desconfianza,
los rencores,
el daño descarnado.
Las culpas y los culpables.

Y nos defendemos entrando en la apatía,
que nos transporta a un mundo monótono,
sin color ni sabor. 
Pero seguro.

Aprendemos a esconder el dolor,
cuando resulta, que el dolor,
era lo que nos recordaba
que estábamos dejando de Vivir.
Sin él, solo somos el recuerdo
de la alegría,
la ilusión,
el deseo,
y el precioso sacrificio 
que es darse por amor.

Si dejamos de escondernos
veremos que no hay culpables,
que todo lo vivido fue un regalo,
que cada vez que te vaciaste 
recibiste una recompensa,
que el tiempo jamás se perdió,
que eres más grande por lo vivido,
y que no pierdes nada, 
porque nada nunca te perteneció. 

Sí, has fracasado. Es una mierda.
Pero no te conviertes en un fracasado 
por llevarlo a cuestas. 
Debes aprender a crecer con ello, 
a sufrirlo con la misma pasión 
con que lo disfrutabas. 
Y debes abrirte a la vida.
Valiente. 
Dolorido, pero valiente. 
Porque lo mereces.
Porque todo esto
solo vale la pena,
cuando puedes volar.



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