ÁSPERO MUNDO

Pocos días después del décimo aniversario del fallecimiento de este gran poeta, “el poeta de la amistad”, queremos rendir nuestro particular homenaje a Ángel González, reproduciendo el primer poema que vio la luz en su primer libro publicado: Áspero Mundo.
Desde Al final de la estantería, Palabra sobre palabra, poesía...

Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron,
con su cambiante luz, su vacío cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...

- Ángel González -

Cuadro de Pepelu Pintor

Comentarios

Entradas populares