AMOR

La monotonía nos salva
de la inminente soledad 
que suscitan los días 
vacíos de sentido;
insulsos y pobres,
sin horizonte donde buscar,
sin cielo donde volar,
sin cama donde soñar.

La monotonía parece un lugar seguro.
Pero entonces llegas tú.
No es de repente,
la semilla se ha ido regando
imperceptiblemente, 
sin esfuerzo, sin obligaciones,
con cariño, con ternura.

Y un día golpea el corazón 
sin previo aviso. 
Te desordena la cabeza,
los días, las horas.
De pronto vuelves a mirar al cielo
buscando nubes o estrellas.
De repente vuelves a ser el cursi
que ya no eras.
Y deshaces kilómetros,
y deshilachas horas,
y todo te habla
de música
olas,
historias 
y poesía.

Sin darte cuenta, 
vuelves a hablar con el mar,
y recobras las fuerzas para 
luchar por lo que crees. 
Y ves la belleza de las cosas,
y la ternura de los gestos.
La barbarie de la maldad,
la desazón de la injusticia,
el poder infinito del cariño,
la valentía del latido, 
la emoción, 
la sorpresa,
la tristeza,
la pasión 
de dos corazones que laten a la vez.

No estabas preparado.
No lo buscabas.
No lo entendías.
Pero eres un suertudo,
ha llegado 
a poner patas arriba tu seguridad,
a llenarte de dolor y tristeza,
de ilusión y optimismo,
de pasión y ternura.

Ahora estás en la cuerda floja.
Quizás no salgas vivo de esta.
Quizás no salgas...
Cuida el milagro de estar vivo.
Cuídala a ella,
porque te está llenando
                                  de amor.




Imagen by La Guarida Ediciones

Comentarios

Entradas populares