MI VIDA. Tercera Parte No Interpretativa.

Tras un corto pero intensísimo tiempo, creyó perderse en sus lamentos. Encerrada en su propio cuerpo, consumiendo sus recogidas lágrimas, profunda tristeza... la melancolía... refugiada en indolencia, en ciego momento juzgó derrota.

Sin ver futuro, tortuoso aliento el que salía... cuánto amor perdido, cuánto vacío...

Fue su impaciencia, la misma que le llevaba a torpes inferencias, la que consiguió despertarle de su estado. Advirtiendo perder su preciado tiempo en perturbadoras cavilaciones, asumió las consecuencias y retomó su camino. Extraviada, sin viento que le empujara, mil preguntas se asomaban por su mente... qué pocas respuestas...

Desesperada, rogando clemencia, descanso en su pensar, volvió la calma, resurgió la paz, renació la quietud... ¿qué le importaban ya los demás?, ¿qué más tenía que perder?, ya era hora de avanzar.

Siempre sin búsqueda previa, todo lo bueno apareció de improviso... Delicado cuerpo el que contestaba a sus llamadas, los años ya no perdonaron, pese a ello, su corazón con más fuerza palpitaba...

Qué amor intenso por la vida, cómo absorbía cada minuto, qué alíferas se extinguían las horas.

Juventud ida, vejez ganada.

Imagen de Fresitamorfa

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