Canción de unas perdices que le enviaron vivas
es cantar con alegría,
y de vellas en prisión
siento yo grave pasión,
sin sentir nadie la mía.
Ellas lloran que se vieron
sin temor a ser cativas,
y a quien eran más esquivas
esos mismos las prendieron.
y a quien eran más esquivas
esos mismos las prendieron.
Sus nombres mi vida son
que va perdiendo alegría,
y de vellas en prisión
siento yo grave pasión,
sin sentir nadie la mía.
-Florencia del Pinar-
y de vellas en prisión
siento yo grave pasión,
sin sentir nadie la mía.
-Florencia del Pinar-
*Florencia del Pinar (1470-1530) es considerada la primera poeta española. De lo poco que se conoce sobre ella, sabemos que fue dama de la corte de Isabel la Católica. Se asume que habría recibido una educación esmerada, perteneciente a la clase alta dada la composición de sus poemas, escritos en el dialecto castellano característico de las clases altas educadas de su época. Los títulos de dama o señora que recibe la autora en los Cancioneros la remite a una clase social elevada.
Fue una de las pocas mujeres cuya poesía aparece, junto a la de setecientos hombres, en los cancioneros castellanos de la Alta Edad Media. También fue la primera que participó en justas poéticas o en los festivales. La inclusión en el Cancionero general de Hernando del Castillo (1511) salvó sus versos del olvido. Se le atribuyen siete poemas, seis canciones y una glosa al mote.
La canción Destas aves su nación (que aparece en los cancioneros con la rúbrica «Otra canción de la misma señora a unas perdices que le enviaron vivas»), resultó escandalosa en su época por su erotismo.
Muchos de sus versos son ambiguos, con dobles sentidos. Destaca por su simbolismo, por el uso de un lenguaje figurado para mostrar la doble naturaleza del amor, que es causa de placer y de dolor, y por la inclusión de alusiones sexuales indirectas. Emplea imágenes animalísticas, tomadas probablemente de los bestiarios medievales. Entre otras, la perdiz, como símbolo del deseo carnal y de la promiscuidad femenina, porque es un ave que se queda fácilmente preñada. O el gusano, como símbolo fálico y de la unión sexual. Estos símbolos expresaban y a la vez encubrían la pasión erótica femenina «que penetra y consume las entrañas». Se alejó del amor cortés y platónico, para referirse al amor real.
**Fuentes: Antología de poetas españolas, de la generación del 27 al siglo XV. (Alba editorial).
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