LA NOCHE DE SAN JUAN
JUAN— Si no tuviera por cierto
el fin de tan justo amor,
sabiendo vuestro valor,
no me obligara al concierto;
será de Bernardo acierto,
de Blanca será ventura;
en vuestro valor segura,
bien os empleáis los dos,
vos en ella y ella en vos;
a tal fe, tal hermosura.
Y así, desde ahora os doy
parabién, que lo que es justo
lleva de su parte el gusto;
conque a decírselo voy.
De Blanca seguro estoy,
que si os trató con desdén,
no fué desprecio; que quien
sabe que se ha de casar
todo lo quiere guardar
para cuando le esté bien.
Allá en Sevilla tenía
ciertos pensamientos yo,
que la ausencia dividió,
y de experiencia sabía
que una amorosa porfía
quiere presta ejecución;
yo os traeré resolución
tan presta, si me la dan,
que hoy, víspera de San Juan,
juréis de la posesión.
LUIS— Echaréme a vuestros pies.
JUAN— Dejad cumplimientos vanos.
LUIS— Dadme siquiera las manos.
JUAN— Guardaldas para después.
Vamos, Tello.
TELLO— Mira a Inés
con la divina Leonor.
JUAN— ¿Acecharon?
TELLO— Sí, señor.
JUAN— Tello, si don Luis se casa,
yo soy dueño desta casa.
TELLO— San Juan nos dé su favor.
Lope de Vega
«La noche de San Juan» fue escrita por Lope de Vega, en 1631, en tan sólo una hora. Esta obra de teatro pretende ser una metáfora de la transgresión y del paso a la madurez. Lope nos habla, en esta ocasión, del viaje a lo prohibido y el posterior retorno a la normalidad. El genial poeta y dramaturgo del Siglo de Oro falleció cuatro años más tarde.
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Imagen by Biblioteca Cervantes |
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