EL CLAVO (causa célebre)

[...] 

     El cementerio de *** no es otra cosa que un campo yelmo y solitario, sembrado de cruces de madera y rodeado por una tapia. Ni lápidas, ni sepulcros turban la monotonía de aquella mansión. Allí descansan, en la fría tierra, pobres y ricos, grandes y plebeyos, nivelados por la muerte.

       En estos pobres cementerios, que tanto abundan en España y que son acaso los más poéticos y los más propios de sus moradores, sucede con frecuencia que, para sepultar un cuerpo, es menester exhumar otro, o, mejor dicho, que cada dos años se echa una nueva capa de muertos sobre la tierra. Consiste esto en la pequeñez del recinto, y da por resultado que, alrededor de cada nueva zanja, hay mil blancos despojos que de tiempo en tiempo son conducidos al osario común.
 
      Yo he visto más de una vez estos osarios... ¡Y en verdad que merecen ser vistos! -Figuraos, en un rincón del Campo Santo, una especie de pirámide de huesos, una colina de multiforme marfil, un cerro de cráneos, fémures, canillas, húmeros, clavículas rotas, columnas espinales desgranadas, dientes sembrados acá y allá, costillas que fueron armaduras de corazones, dedos diseminados y todo ello seco, frío, muerto, árido...-¡Figuraos, figuraos aquel horror!
 
     Y ¡qué contactos! -Los enemigos, los rivales, los esposos, los padres y sus hijos están allí, no sólo juntos, sino revueltos, mezclados por pedazos, como trillada mies, como rota paja -Y ¡qué desapacible ruido cuando un cráneo choca con otro, o cuando baja rodando desde la cumbre por aquellas huecas astillas de antiguos hombres! Y ¡qué risa tan insultante tienen las calaveras!
 
      Pero volvamos a nuestra historia.
 
    Andábamos Joaquín y yo dando sacrílegamente con el pie a tantos restos inanimados, ora pensando en el día que otros pies hollarían nuestros despojos, ora atribuyendo a cada hueso una historia; procurando hallar el secreto de la vida en aquellos cráneos donde acaso moró el genio o bramó la pasión, y ya vacíos como celda de difunto fraile, o adivinando otras veces (por la configuración, por la dureza y por la dentadura) si tal calavera perteneció a una mujer, a un niño o a un anciano -cuando las miradas del Juez quedaron fijas en uno de aquellos globos de marfil...
 
      -¿Qué es esto? (exclamó, retrocediendo un poco). ¿Qué es esto, amigo mío? ¿No es un clavo?

     Y, así hablando, daba vueltas con el bastón a un cráneo, bastante fresco todavía, que conservaba algunos espesos mechones de pelo negro.
Miré, y quedé tan asombrado como mi amigo -¡Aquella calavera estaba atravesada por un clavo de hierro!
La chata cabeza de este clavo asomaba por la parte superior del hueso coronal, mientras que la punta salía por el que fue cielo de la boca.

     ¿Qué podía significar aquello? De la extrañeza pasamos a las conjeturas, ¡y de las conjeturas al horror!...

    -¡Reconozco la Providencia! (exclamó finalmente Zarco). ¡He aquí un espantoso crimen que iba a quedar impune y que se delata por sí mismo a la justicia! -¡Cumpliré con mi deber, tanto más, cuanto que parece que el mismo Dios me lo ordena directamente al poner ante mis ojos la taladrada cabeza de la víctima! -¡Ah! Sí ¡Juro no descansar hasta que el autor de este horrible delito expíe su maldad en el cadalso!

[...]

-Pedro Antonio de Alarcón-
Fragmento de El Clavo (1853)
Clavo viejo.
Imagen by Pinterest

Comentarios

  1. hola! cuanto misterio! quiero saber mas! me encantan los cementerios...magnifica entrada, saludosbuhos.

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    1. ¡Hola! Estas lecturas clásicas, con más de un siglo de edad, puedes encontrarlas en Internet de manera gratuita. Te dejamos el enlace, por ejemplo, a la biblioteca virtual Miguel de Cervantes, donde podrás leer el cuento de Pedro Antonio de Alarcón, completo.

      http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-clavo--0/html/fedf9a94-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html

      Esta sección de los martes es un intento de animar a la gente a conocer lecturas distintas, de un género ampliamente explorado y de lo más interesante y entretenido, y además, podemos encontrar muchos textos sin derechos de autor.

      Nos encanta que te guste y que sientas ánimo por buscar estas lecturas y disfrutarlas. Gracias por tus palabras.

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