VERGÜENZA



No creo haber nacido con ella, y no la recuerdo haberme acompañado los primeros años de mi vida… pero estaba ahí, ¡claro que estaba ahí!, cercana como lejana a mi cuerpo, dentro de mi alma y en mi mente.
Cuántas veces la he escuchado reír por dentro, deseosa de mi agonía, de mi espanto, de mis ansias por mirar atrás y no ver el resto de ojos que me invadían, que me penetraban hasta clavárseme como cuchillos…
Y sólo quería correr, y sólo pensaba en distanciarme…
¡Maldito sudor que caía por mi frente, maldito color que sobresalía de la nada por mis mejillas y maldita esa boca sin saliva!
De pronto un silencio tras una pregunta. Mis palabras estaban aquí, dentro, por un momento las he creído escuchar, pero ¿dónde se fueron? Sé que llegaron a bajar, las noté en mi garganta, pero de mis labios no salieron.
Advierto que eres divinidad para algunos, aparente sabiduría para otros, ¡qué lejos estáis de conocerla en su fondo! Cuánto daño hace al que la conserva sin remedio.
Pero algún día te tomaré, convertiré en cuerpo tu invisible espectro y será entonces cuando me ría de ti, ¡oh, sí!, me reiré de ti. Porque soy más fuerte que tú, porque dentro de mí no te quiero, porque se acabó el sentirme pequeña a pesar de saber que no soy grande.
Te diré adiós, lo haré para siempre. Y te pondré nombre, porque ahora, VERGÜENZA, ya no te siento.

Imagen por Evolución Consciente

Comentarios

Entradas populares